El sistema antibloqueo de ruedas o frenos antibloqueo,
del alemán Antiblockiersystem (ABS), es un dispositivo utilizado en aviones,
automóviles y en modelos avanzados de motocicletas que hace variar la fuerza de
frenado para evitar que los neumáticos pierdan la adherencia con el suelo.
El ABS funciona en conjunto con el sistema de frenado
tradicional. Consiste en una bomba que se incorpora a los circuitos del líquido
de freno y en unos detectores que controlan las revoluciones de las ruedas. Si
en una frenada brusca una o varias ruedas reducen repentinamente sus
revoluciones, el ABS lo detecta e interpreta que las ruedas están a punto de
quedar bloqueadas sin que el vehículo se haya detenido. Esto quiere decir que
el vehículo comenzará a deslizarse sobre el suelo sin control, sin reaccionar a
los movimientos del volante. Para que esto no ocurra, los sensores envían una
señal al Módulo de Control del sistema ABS, el cual reduce la presión realizada
sobre los frenos, sin que intervenga en ello el conductor. Cuando la situación
se ha normalizado y las ruedas giran de nuevo correctamente, el sistema permite
que la presión sobre los frenos vuelva a actuar con toda la intensidad. El ABS
controla nuevamente el giro de las ruedas y actúa otra vez si éstas están a
punto de bloquearse por la fuerza del freno. En el caso de que este sistema
intervenga, el procedimiento se repite de forma muy rápida, unas 50 a 100 veces
por segundo, lo que se traduce en que el conductor percibe una vibración en el
pedal del freno.
El ABS permite que el conductor siga teniendo el control
sobre la trayectoria del vehículo, con la consiguiente posibilidad de poder
esquivar posibles obstáculos mediante el giro del volante de dirección.
El sistema ABS permite
mantener durante la frenada el coeficiente de rozamiento estático.
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